El propósito de la charla es repasar, de forma sencilla y amena, algunas de las confluencias entre música y artes plásticas en el siglo XX.
Pintores como Kandinsky, O’Keeffe o Rothko abandonaron la representación de la realidad para intentar atrapar la emoción pura que obtenían escuchando a Mozart o a los grandes del jazz.
Siguiendo el camino inverso, músicos como John Cage o William Basinski convirtieron sus partituras en dibujos y sus piezas en auténtico arte conceptual.
Al desbordar los límites de sus disciplinas, estos creadores nos han legado algunas de las obras de arte más fascinantes del último siglo.