Dos compositores contemporáneos le rinden homenaje a dos obras del Museo de Pontevedra: Bodegón (ca. 1660), de Pedro de Camprobín, y el retrato Cabeza de negra (1946), de Maruja Mallo, elegido con motivo de su conmemoración en el Día de las Artes Gallegas. Dos épocas y dos propuestas estéticas para inspirar la creación de dos obras de música contemporánea, un diálogo en búsqueda de espacios a medio camino entre la abstracción del lenguaje musical y la figuración de la obra visual. Una música que no se limita a describir la pintura, sino que se presenta a sí misma como materia visual. Se visualiza lo que no se ve; se ve lo que se escucha en el interior de cada cuadro.